Hasta el 2017 se extenderá el periodo del nuevo directorio recientemente elegido por los socios AICE.
Recién asumido como presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales, el ingeniero Fernando Yáñez vuelve a ocupar un cargo que ya había ostentado, dando una continuidad a una gestión que ha buscado, en los últimos años, fortalecer el desarrollo de la ingeniería estructural y antisísmica en el país, dignificar el sentido de una profesión de excelencia reconocida a nivel mundial y extender la transferencia de conocimientos entre sus asociados.
A su juicio, las oportunidades para crecer no sólo están en fortalecer la asociatividad e interesar a los profesionales más jóvenes a una labor mancomunada, sino también en extender la importancia de la ingeniería estructural con el posicionamiento de AICE como un actor influyente en la sociedad civil.
En la última Asamblea Anual Ordinaria de Socios se renovaron tres miembros del directorio para el periodo 2015-2017, resultando reelectos Fernando Yáñez y Carlos Sepúlveda, mientras que se incorporó Cristián Delporte. En una instancia posterior, Fernando Yáñez fue elegido como presidente de AICE.
Iniciando este periodo ¿Cuáles son los desafíos que vislumbra para AICE?
La gestión de René Lagos, como presidente de AICE, dejó la vara muy alta y es de nuestro interés continuar con esa senda de desarrollo, donde se trabajó con excelencia, adoptando elevados estándares y buenas prácticas para asegurar estructuras de desempeño seguro y confiable.
Desde el punto de vista de la asociación, queremos hacerla crecer con más socios, especialmente en los estratos más jóvenes de la profesión, porque AICE no puede transformarse en una entidad que agrupe sólo a ingenieros mayores.
También queremos continuar fortaleciendo y difundiendo el aprendizaje que se ha construido a partir del terremoto del 27 de febrero de 2010. En este sentido, queremos seguir siendo actores protagónicos impulsando y colaborando con la actualización normativa en relación con el diseño sísmico. Es un trabajo enorme por hacer.
¿Cómo evalúa el aporte que ha hecho AICE para el ejercicio de la profesión? Por ejemplo, con el desarrollo de los Documentos Técnicos de Minería e Industrias
Pensamos continuar con este tipo de desarrollo que ha sido extraordinario y muy valioso. Cuando hay una comunidad que maneja cierto nivel de conocimiento muy especializado se dificulta la transmisión y aquí hemos visto un ejemplo de profesionales muy generosos con su tiempo y saber, que lo han puesto a disposición de todos.
El desarrollo de los Documentos Técnicos de Minería e Industrias es un ejercicio inédito que nos tiene muy contentos y sin duda seguiremos impulsando iniciativas en este sentido.
¿Cuál es el interés en extender el conocimiento y el valor generado hacia otros sectores de la sociedad?
La ingeniería estructural chilena es valorada como una especialidad de clase mundial y tiene un reconocimiento en el extranjero que ha logrado que, poco a poco, algunas oficinas hayan exportado su trabajo hacia países como Colombia o Ecuador. Sin embargo, es un proceso que no ha sido masivo y creo que lo que debemos propiciar es que esta calidad sea valorada en casa.
Desgraciadamente, en Chile no siempre es así, lo que es visible, por ejemplo, en las remuneraciones, donde se negocia muy fuerte. Creo que o no se cotiza bien o los ingenieros estructurales no han logrado posicionar el valor que una buena especialidad tiene para el patrimonio de la infraestructura de edificios en el país. Tenemos también una oportunidad y hay mucho espacio para crecer.