Aice
  Newsletter N° 6 - Abril de 2012
 
Ingenieros estructurales transfirieron a sus pares importantes conocimientos adquiridos en otros países

Los representantes de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE) contaron sus experiencias en Japón, Eslovenia y Estados Unidos, entregando valiosa información para la actualización de los profesionales chilenos.

Un verdadero recorrido por distintos ámbitos de la ingeniería estructural realizaron cuatro ingenieros chilenos en la conferencia “Intercambio mundial sobre Ingeniería Estructural”, organizada por la AICE.

De esta manera, trajeron al país conocimientos que han sido fruto de su trabajo y también los que han adquirido en naciones como Japón, Eslovenia y Estados Unidos.

Fue así como René Lagos, presidente de la AICE, dio cuenta de su experiencia en el simposio realizado en Japón para el primer aniversario del terremoto del 11 de marzo. A través de fotografías Lagos mostró distintos recorridos de las visitas tecnológicas que se realizaron los dos primeros días del seminario japonés, aportando tanto datos humanos como técnicos sobre la destrucción en el país nipón.

Luego, presentó las ponencias más interesantes que pudo observar de entre alrededor de 180 trabajos que fueron exhibidos en los dos días restantes del simposio internacional y que abarcaron temas como mecánica de suelos, edificios, instalaciones industriales, centrales nucleares, entre otros.

Para René Lagos es importante que los ingenieros chilenos adquieran estos conocimientos, porque siempre que se produce un terremoto se aprende mucho de él, y este aprendizaje está directamente relacionado con la cantidad de información que se puede recopilar o con los registros de información existentes. “En ese sentido, los japoneses como sociedad y país siempre han destinado una gran cantidad de recursos económicos a la tecnología y a llenar de sensores su territorio para poder registrar todos estos eventos, entonces la cantidad de información que se obtuvo ahí fue gigantesca y ha sido de acceso público. Es gracias a ello que tanto en Japón como en otras partes del mundo, se está haciendo investigaciones con esta información y sacando conclusiones que son muy interesantes y que permiten avanzar en distintas disciplinas”, precisa.

Por su parte, Fernando Yáñez, vicepresidente de la AICE, expuso sobre los cambios que se vienen en la norma ACI 318 que se utiliza en el diseño de hormigón armado. “En Chile nos basamos en la ACI 318 y ya está oficializada en Estados Unidos la versión 2011, que es intermedia. Además, viene un gran cambio que es la norma de 2014, que va a significar un gran beneficio para los ingenieros”, dijo el especialista.

Los beneficios a los que se refiere Yáñez son que actualmente, para efectos del diseñador, la norma está estructurada de manera desordenada, entonces la innovación que se viene es que en esta nueva norma de 2014 se ordenan naturalmente todos los pasos, con lo que le será fácil al ingeniero diseñador encontrar todos los elementos que debe verificar, convirtiéndose en un manual de diseño. “El impacto que tendrá esto en las oficinas de diseño va a ser enorme”, adelantó Fernando Yáñez.

En tanto, Rubén Boroschek, director de la AICE y socio de RBA, se refirió al Diseño por Desempeño, el cual ya se aplica en varios países, incluido Chile. Este concepto permite aplicar y verificar en el diseño los requisitos de protección de inversión y de función que desea el mandante ante distintos escenarios o eventos extremos, como los sismos. Finalmente, “esto es lo que están pidiendo los inversionistas chilenos ante terremotos como los del 27 de febrero de 2010: poder seguir utilizando sus viviendas, oficinas, comercios e industrias en plazos razonables o en forma inmediata con una inversión inicial apropiada. Esto es factible de lograr con las nuevas tecnologías de protección sísmica como la aislación basal”, precisó Boroschek.

El profesor adjunto del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile y presidente de la Sociedad Chilena de Geotecnia (Sochige), Ramón Verdugo, expuso sobre el fenómeno de licuefacción que se registró en Japón y realizó una comparación con lo sucedido en Chile.

“En Japón se produjo mucha licuación, en algunos sectores fueron afectadas más de 2.500 casas, porque tienen mucho terreno ganado al mar, debido a los rellenos que se hicieron en las décadas del 60 y 70, que quedaron sueltos por problemas de dinero y conocimiento de suelos”, contó Verdugo.

A diferencia de Japón, en Chile no se generó este fenómeno en terrenos ganados al mar, sino que en naturales, pero es un tema importante a considerar sobre todo en zonas como Valparaíso o Viña del Mar, en el momento en que económicamente se justifique ganarle terreno al mar.

Asimismo, el especialista comparó los terremotos de Chile de 1985 y 2010, advirtiendo que en la década del 80 no se produjo una gran licuación, en cambio hace dos años si se generó mucha entre La Calera y Valdivia, en alrededor de 800 km, lo que los lleva a concluir que el factor tiempo es mucho más relevante de lo que habían pensado.

“Siempre creímos que era importante la licuación en términos de nivel de solicitación de carga, pero el mismo nivel de relevancia es considerar cuánto dura el sismo, ya que para el 85 los registros indican una duración de 70 segundos, en tanto el movimiento de 2010 duró 120 segundos”, especificó Ramón Verdugo.

En ese sentido, el académico hizo un llamado a tener en cuenta que muchas de las fórmulas que se ocupan en la actualidad están basadas en experiencias y datos japoneses de terremotos anteriores, donde la licuación se produjo en rellenos ganados al mar, hechos por el hombre y no en terrenos naturales. “Entonces lo que aprendemos es que tenemos que separar los suelos que han sido rellenados por el hombre de los suelos naturales”, precisó.

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